Diario de un mago

Después de mi inocente pregunta el silencio comienza a reinar por este bosque, como si un alma en pena rondara por estos lugares en busca de venganza.

Pero este lúgubre silencio es interrumpido por una carcajada, carcajada burlona, carcajada que me hace hervir la sangre, me hace enfurecer, pero eso en un instante deja caer la capucha que cubre su rostro, rostro de mujer, de una hermosa y exótica mujer, la cual me mira fijamente a los ojos hipnotizando me, cual serpiente a su víctima, serpiente lista a morder y llenar mi cuerpo de letal veneno, en un descuido y sin poder reaccionar dejando me en medio de un estado de shock se abalanza sobre mi, diciendo unas frías y sínicas palabras al oído.

-Eso- Calma mí niño, no te asustes, no muerdo, solo soy quien te ha rescatado, quien ha arriesgado su vida por un pago, sí un pago un simple pago, no soy un amigo, es mas no soy amigo de nadie, solo soy un aventurero a sueldo, vendo mis habilidades al mejor postor, o mejor dicho un simple mercenario.

-Eso- Mí niño, para mis víctimas solo soy una sombra, la sombra de la muerte, mis clientes me llaman el dulce rostro de la muerte y mis amigos "jajaja" no tengo amigos, claro que tu me puedes llamar "Alexia".

dándome un beso, un frío y agridulce beso, se separa de mí diciendo una ultima frase.

-Alexia- Sera mejor ir a dormir, mañana nos encontraremos con mí jefe.

-Alexia- Ha y un ultimo consejo, no confíes en nadie ni en tus amigo y mucho menos en las caritas de ángel, ya que su veneno es mas letal que el de la cobra.

Esas ultimas palabras retumbaron en mi cabeza "Encontrarnos con mí jefe", quien sera esta figura, que quiere de mí, ahora en mí cabeza solo recorren dudas.