Algo mas.

Hoy no te pido mucho, solo pido algo mas de lo que tu puedes dar.
No te pido el cielo ni las estrellas, solo pido algo mas de tu belleza.
No te pido la luz de la luna para iluminar la noche, solo pido algo mas de tu radiante alegría.
No te pido el calor del infierno, solo pido algo mas del dulce calor de tu piel
No te pido que saltes al inmenso vació, solo pido algo mas de confianza para caer en mis brazos.
No te pido el mundo, solo pido algo mas de tu preciada compañía.
No te pido tu cariño, solo pido algo mas de tu amor.
No te pido tu valiosa amistad, solo pido algo mas...

Signos.

Señales ocultas a plena luz del día, palabras que se confunden en el eco.

Figuras que escribimos, alegorías que decimos, gestos que realizamos sin darnos cuenta, signos por doquier delante y atrás, entre y afuera, simplemente señales en todos lados.

Manifestaciones que percibimos, bombardeo constante de señales, señales que vemos pero que simplemente ignoramos cual borrego ciego.

Todo esta escrito entre muros de papel, todo esta dicho en el vacío del silencio, todo esta pero no interpretamos la señal.

Signos todo a mi alrededor son simples signos.

Por un puñado.

Lo vendo!

Si señor lo estoy vendiendo.

¿Pero que es lo que vendo? pues lo vendo todo menos mis sueños, vendo la razón por que no estoy cuerdo, vendo la fe por que ya no la tengo, vendo lo que sé al mejor precio.

Lo vendo económico, solo pido un misero puñado, un puñado de ese sucio dinero, dinero que me acerca a mi sueño.

Sueño que anhelo, ese que se ve inalcanzable aun que no esta lejos, y es que sueño con un simple te quiero que vengan de tus labios, con refugiarme del frió en el calor de tus abrazos, sueño... con matar a la soledad en tu regazo.

Y a usted niña de mis sueños le vendo un verso... se lo vendo barato, se lo vendo por un beso.

Gatita durmiente.

Frágil, delicada, hermosa criatura que yace en lecho de rosas, rosas blancas como la nieve, hermosas como su piel y de espinas puntiagudas como su ser.

Dulce es la melodía que llega a los oídos, los inunda de placer, los embriaga de emociones, esa que enloquece a los incautos, con el ronroneo que se escucha entre suspiro y suspiro, entre latido y latido de tal hermosa gata.

Imagen única, como cuadro en museo, imagen prohibida, la que asesina y revive al tiempo, esa que logra derretir el mas frío tempano de hielo...

¿Ángel o demonio? aquella que reposa en los tibios brazos de Morfeo, lejos del ruido, lejos del mundo, de los conflictos, y sobretodo lejos de... mis brazos, ahí donde descansa plácidamente la musa de bajas pasiones.

Y es que maldito el príncipe azul que se atreva a perturbar su sueño, de arrebatarle las mantas de misterio que cubren su tersa piel, y mil maldiciones mas, para este estúpido vagabundo que lo único que desea es despertarla con la calidez de un beso.

Pensamientos.

Pensamientos que embriagan la mente cual alcohol en las venas, intoxicando todo a su paso.

Pensamientos de amor, de odio, de sueños, de recuerdos alegres y amargos son los que inundan la mente de este pobre vagabundo.

Pensamientos confusos, lleno de ilusiones que se quiebran en mil pedazos como las falsas ilusiones.

Pensamientos que transportan a lejanos lugares, parajes hermosos, paisajes inhóspitos, magia, hadas, luz, sombras, formas y colores que nos ponen a soñar... soñar en ti, en mi, en un efímero nosotros que vuela como burbujas de cristal antes de romperse.

Pensamientos... únicamente pensamientos.

Visceral.

Lecho de rosas, charco de sangre, espinas clavadas en solitario corazón.

Rojas las lágrimas que caen al suelo, lágrimas que nacen en inertes ojos... ojos de rostros sombríos.

Tripas retorcidas, hedor repugnante, gusanos que se mueven en el universo visceral.

Amanecer.


letárgico es el caminar de las manecillas del reloj en la ausencia de tu calor, insoportable es el sonido de las lagrimas, en una vacía habitación.

Punzante es la voz de mi corazón cuando quiere gritarle al viento lo que siente por vos, pero melancólico es el chillido de dolor cuando el miedo ahoga la voz.

Y es que solo quiero despertar a tu lado, revolcarme entre tibias sabanas, sentir ese calor que asesina el gris de los días, escuchar aquel dulce ronroneo que aleja la amargura de un despertar y solo compartir el mas hermoso amanecer, un amanecer en el confort de tus brazos.

Cien.

Cien son las sonrisas que te he robado, los suspiros con los que me he quedado y las lágrimas que te he secado.

Cien son los cuentos que te he contado, los secretos que me has guardado y los versos que he escrito.

Cien son los días que te he pensado, las veces que te he soñado y las ilusiones que te he acompañado.

Cien son las alegrías, las penas, las risas, las angustias, los consejos, y las noches de locura que hemos compartido, más cien no es el final... es tan sólo el comienzo de tan arduo camino.

Hilos.

Invisibles como el viento, pero fuertes cual inclemente tormenta.
Lo cierto es que de ellos todos pendemos, lo cierto es que de ellos todos juguetes somos.

Quisiera ofrecerte algo mejor que lo que nos queda,
pero como títere de este cruel ente, tan sólo tienes de mí agonía.

Excúsame por las tenues acciones que emprendo y se desvanecen,
mis deseos son tan fuertes como los dedos del titiritero, pero él es de mi cuerpo el más celoso carcelero.

Un día, cuando esta celda material abandonemos, te mostraré todo lo que quise juntos proyectar.
No obstante seguiré a merced de tus ojos, aunque con mi muerte haya escapado a los hilos del destino,
encontraré feliz prisión en la mirada de tu alma.

Autor: Christopher.
Paladín de Corellon Larethian.

Horizonte.

Sendero que sigo, camino en el que tropiezo, sueños que creo, sueños que se desmoronan, ilusiones que aparecen, espejismos que se van desvaneciendo dejándome en medio de la nada, mientras persigo mi horizonte.

Sendero de fantasía, donde mueren las hadas con cada sueño roto, con cada paso que se da, horizonte brillante al que corro pero no llego.

Versos que escribo, palabras que grito, mientras te persigo maldito horizonte.

Horizonte traicionero, lleno de retos, horizonte maldito que me borras el camino, camino que sigo, guiado por la luz de las estrellas... estrellas que dibujan tu hermosa sonrisa.

Laberintos.



Vueltas y vueltas, izquierda o derecha caminos sombríos, pasajes confusos... laberinto de cristal.

Opciones que tomas, opciones que dejas en un mar de posibilidades. Posibilidades que se ocultan tras la densa niebla.

Caminos cortos, caminos largos, algunos anchos otros estrechos, algunos claros otros inciertos, de acertijos y retos en el sendero expuesto.

Decisiones que se toman en un mundo de incertidumbres, en el cual no se puede dar un paso atrás, decisiones que marcan y dejan huella, decisiones que se cogen o se pierden, decisiones que se van y nunca vuelven, decisiones... en el laberinto de cristal.

Temblor.

Movimiento telúrico que avanza desde mis pies hasta lo mas recóndito de mi alma, destruyendo a su paso lo poco y nada que me queda de cordura, avivando una cruenta batalla sin cuartel entre el miedo y el valor.

Sudor frío que recorre mi cuerpo, tempano de hielo que se derrumba al compás de los latidos de mi corazón, compás que sigue la tierna melodía de tu voz.

Movimiento que lentamente va pasando de un leve temblor a un terremoto que derrumba mi ser, al sentir el rose de tu delicada piel a si solo sea en mi pequeña imaginación.

Gatita de Cheshire.

Me gustas en la ausencia, Te quiero a mi lado.
Me gustas en la luz, te quiero bajo las sombras.
Me gustas cuando lloras, Te quiero cuando ríes tal niña chiquita.
Me gustas cuando caes, Te quiero cuando te levantas con una sonrisa.
Me gustas en la algarabía del vacío, Te quiero en el silencio del bullicio.
Me gustas como eres, misteriosa y única, esquiva e indomable, Te quiero tal cual como sos, mi linda y dulce Gatita de Cheshire.

Luna.

Femenina, seductora y cruel.
Misteriosa, cercana pero escurridiza.
Hermosa, brillante y única apesar de haber miles.
Mágica, fascinante, esplendorosa luna.

Llama.


De la pasión de tu llama nací.

Con la luz de tu llama crecí.
En el calor de tu llama me refugie.
Con el confort de tu llama aprendí.
En la compañía de tu llama reí.
Y cuando el frío azota en la oscuridad de la noche, tu llama siempre me ayuda a vencer mis miedos.

Nada que decir.


Nada que decir, solo que me falta tu sonrisa.
Nada que decir, solo que falta tu radiante energía.
Nada que decir, solo que me faltan tus llamadas de media noche.
Nada que decir, solo que falta el sabor de las frutas en el día a día.
Nada que decir, solo que cada día me vuelvo mas cuerdo sin tu locura.
Nada que decir, solo.................. que te extraño un poco mas cada día.

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