Cien.

Cien son las sonrisas que te he robado, los suspiros con los que me he quedado y las lágrimas que te he secado.

Cien son los cuentos que te he contado, los secretos que me has guardado y los versos que he escrito.

Cien son los días que te he pensado, las veces que te he soñado y las ilusiones que te he acompañado.

Cien son las alegrías, las penas, las risas, las angustias, los consejos, y las noches de locura que hemos compartido, más cien no es el final... es tan sólo el comienzo de tan arduo camino.

Hilos.

Invisibles como el viento, pero fuertes cual inclemente tormenta.
Lo cierto es que de ellos todos pendemos, lo cierto es que de ellos todos juguetes somos.

Quisiera ofrecerte algo mejor que lo que nos queda,
pero como títere de este cruel ente, tan sólo tienes de mí agonía.

Excúsame por las tenues acciones que emprendo y se desvanecen,
mis deseos son tan fuertes como los dedos del titiritero, pero él es de mi cuerpo el más celoso carcelero.

Un día, cuando esta celda material abandonemos, te mostraré todo lo que quise juntos proyectar.
No obstante seguiré a merced de tus ojos, aunque con mi muerte haya escapado a los hilos del destino,
encontraré feliz prisión en la mirada de tu alma.

Autor: Christopher.
Paladín de Corellon Larethian.

Horizonte.

Sendero que sigo, camino en el que tropiezo, sueños que creo, sueños que se desmoronan, ilusiones que aparecen, espejismos que se van desvaneciendo dejándome en medio de la nada, mientras persigo mi horizonte.

Sendero de fantasía, donde mueren las hadas con cada sueño roto, con cada paso que se da, horizonte brillante al que corro pero no llego.

Versos que escribo, palabras que grito, mientras te persigo maldito horizonte.

Horizonte traicionero, lleno de retos, horizonte maldito que me borras el camino, camino que sigo, guiado por la luz de las estrellas... estrellas que dibujan tu hermosa sonrisa.

Laberintos.



Vueltas y vueltas, izquierda o derecha caminos sombríos, pasajes confusos... laberinto de cristal.

Opciones que tomas, opciones que dejas en un mar de posibilidades. Posibilidades que se ocultan tras la densa niebla.

Caminos cortos, caminos largos, algunos anchos otros estrechos, algunos claros otros inciertos, de acertijos y retos en el sendero expuesto.

Decisiones que se toman en un mundo de incertidumbres, en el cual no se puede dar un paso atrás, decisiones que marcan y dejan huella, decisiones que se cogen o se pierden, decisiones que se van y nunca vuelven, decisiones... en el laberinto de cristal.

Temblor.

Movimiento telúrico que avanza desde mis pies hasta lo mas recóndito de mi alma, destruyendo a su paso lo poco y nada que me queda de cordura, avivando una cruenta batalla sin cuartel entre el miedo y el valor.

Sudor frío que recorre mi cuerpo, tempano de hielo que se derrumba al compás de los latidos de mi corazón, compás que sigue la tierna melodía de tu voz.

Movimiento que lentamente va pasando de un leve temblor a un terremoto que derrumba mi ser, al sentir el rose de tu delicada piel a si solo sea en mi pequeña imaginación.

Gatita de Cheshire.

Me gustas en la ausencia, Te quiero a mi lado.
Me gustas en la luz, te quiero bajo las sombras.
Me gustas cuando lloras, Te quiero cuando ríes tal niña chiquita.
Me gustas cuando caes, Te quiero cuando te levantas con una sonrisa.
Me gustas en la algarabía del vacío, Te quiero en el silencio del bullicio.
Me gustas como eres, misteriosa y única, esquiva e indomable, Te quiero tal cual como sos, mi linda y dulce Gatita de Cheshire.

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