Diario de un mago

A la mañana siguiente soy despertado, por la dulce voz de Nia, quien me dice:

-Nia- Levantate hoy tenemos que seguir el camino.

Abriendo los ojos y con una resaca que no soporto le pregunto:

-Uruloki- Adonde nos dirigimos Nia?.

-Nia- Tenemos que reunirnos con la persona que nos encargo tu rescate.

-Uruloki- ¿Acaso tu también eres una mercenaria?.

-Nia- ¿Yo? no!!, yo soy una sacerdotisa de Hanali, pero ahora me encuentro aliada con la resistencia de la media luna, y hoy debemos reunirnos con su líder.

-Uruloki- ¿y quien es esta misteriosa figura?.

-Alexia- Hey!!!, dejen la bobada y pongamonos en camino, que nos coge la tarde, además quiero mi pago rápido.

-Nia- no te preocupes por el, lo único que te puedo decir y fue algo que el nos dijo que te dijéramos es que tu ya lo conoces, que ambos combatieron codo con codo en la gran guerra.

Luego de esta discusión, organizo mis pocas pertenencias y me preparo para continuar el viaje, en mi mente las dudas surgen ¿esta misteriosa figura sera un amigo o un enemigo?, ¿acaso sera Samael? o ¿sera Velgran?, o ¿Serge el enano?.

-Alexia- Oye toma, come algo, no quiero que el jefe diga que te puse a aguantar hambre.

Después de recorrer por varias horas, diversos senderos en el bosque, nos topamos con dos estandartes, dos viejos recuerdos del pasado, recuerdos de mi anterior vida, el estandarte de la media luna y el dragón argenteo y el estandarte de la media luna y el reloj.

De un momento a otro se escucha un leve sonido un "crashh", sin pensarlo y como una respuesta automática saco mi arco y preparo una flecha en este.

-Voz- Mi amigo no te asustes solo soy yo.

Girando mi cuerpo hacia la fuente de esa voz y apuntando mi letal flecha hacia esta, quedo viendo la figura de un hombre vestido de unas delicadas túnicas su rostro es cubierto por la capucha de su túnica alzando la voz y con un tono muy agresivo pregunto:

-Uruloki- ¿Quien esta hay?.

-Voz- ¿Amigo mio acaso no me reconoces?, creí que reconocerías este par de viejos estandartes, el dragón argenteo y el reloj.

-Uruloki- ¿Reconocerlos?, como olvidar mi propio estandarte, y mucho menos como olvidar el estandarte del guardián del templo de Cronos, sacerdote de Corellon Larethian, y al que le solía decir amigo, como no reconocer el estandarte de Fidus.

-Fidus- Solías decirme amigo ¿es que acaso ahora no lo somos?

-Alexia- baya de haber sabido que los dos eran unas celebridades hubiera pedido mas por el rescate, pero bueno es momento de los negocios así que aquí esta tu encargo, ¿donde esta mi dinero?.

-Fidus- Mmmmm este no es el mejor lugar para charlar por favor siganme.